El Factor Maya, o comúnmente llamado Calendario Maya, comenzó a resurgir a finales del siglo XX. Más allá de tratarse de una sabiduría antigua de los habitantes de Yucatán, México, nos habla del camino de consciencia y evolución del ser humano y del planeta, que nos permite ver las energías cósmicas que nos acompañan y guían.
Nos muestra los ritmos galácticos, las relaciones interdimensionales, nuestra misión aquí y sobre todo nos ayuda a transformar nuestra perspectiva de la realidad.
Para iniciar les comentaré sobre los diferentes calendarios existentes, tanto los solares como los lunares, ya que desde mi perspectiva cada uno de nosotros debemos elegir de qué modo vivir y qué es lo que nos es mejor para nuestras vidas. Así podrán entender algo más y fácilmente se denotará la diferencia con el Calendario Galáctico Maya.
El Calendario Hebreo es un calendario lunisolar, es decir, que se basa tanto en el ciclo de la Tierra alrededor del Sol (año), como en el de la Luna respecto a la Tierra (mes). Este calendario se basa en un complejo algoritmo, que permite predecir las fechas aproximadas de la luna nueva, así como las distintas estaciones del año, basándose en cálculos matemáticos y astronómicos.
El Calendario Musulmán es un calendario lunar. Se basa en ciclos lunares de 30 años (360 lunaciones, de tradición sumeria). Los 30 años del ciclo se dividen en 19 años de 354 días y 11 años de 355 días. Los años de 354 días se llaman años simples y se dividen en seis meses de 30 días y otros seis meses de 29 días. Los años de 355 días se llaman intercalares y se dividen en siete meses de 30 días y otros cinco de 29 días. Años y meses van alternándose. Es decir, cada 33 años musulmanes equivalen a 32 años gregorianos.
El Calendario Gregoriano es el más conocido, es el calendario de doce meses que utilizamos casi todos en la cultura occidental. También, es el menos sofisticado de todos, ya que solamente cuenta el giro del planeta Tierra en torno al Sol, por lo tanto es un calendario solar.
Fue creado basándose en razones económicas y supersticiosas, en Europa, en el Siglo XVI.
Ha sido impuesto por la globalización del “primer mundo”, para definir las horas laborales a cambio de dinero y para que el día de Pascuas coincidiera el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio.
Está compuesto por 12 meses irregulares y horas de 60 minutos, por lo cual vibra en una frecuencia 12:60.
Este calendario es usado, solamente, por el 30% de la población mundial y hasta los nombres de los meses son irracionales Septiembre (mes 9) significa siete, Octubre (mes 10) significa ocho y así sucesivamente… Por ello, se puede decir que en este calendario el tiempo es dinero y, además, está desincronizado con los rítmos de la naturaleza.
A diferencia de los calendarios anteriores, el Calendario Galáctico Maya es uno de las formas de medición del tiempo más avanzadas de las que tenemos registro, ya que no solamente lleva una cuenta solar y lunar, sino que también cuentan la revolución del sistema solar en torno al centro de la galaxia.
El objetivo de este calendario no es simplemente medir el tiempo, sino el medir las vibraciones energéticas que llegan desde el Universo. El sol emite diariamente impulsos electromagnéticos que impactan en nuestro planeta, los cuales tienen determinada frecuencia, amplitud y energía, están cargados de información.
Al estar en vínculo directo con la Naturaleza, solo observando y conectando con los movimientos del espíritu del día, eran capaces de reconocer los patrones cíclicos Naturales que nos sincronizan con la armonía y el perfecto fluir del orden de las cosas.
Por ello los Mayas, crearon diferentes cuentas, calendarios, basados en los ciclos naturales de la luna, el sol, nuestro planeta Tierra y el Universo.
En el próximo post les contaré en detalle sobre el Calendario Galáctico Maya.